martes, 19 de agosto de 2008

Oda al guiri

Si tuviera que pensar en ti, guiri, o tuviera que dibujarte, te imaginaría como un individuo bastante alto y con pancha cervecera -lagger, please-, rubio platino y totalmente rojo por el sol. Te decimos prawn por no llamarte gamba. En cuanto a la vestimenta, llevarías unas chanclas playeras con calcetines -sí, lo estáis imaginando, calcetines de hilo blanco con dos franjas azules y una roja cerca de la goma desbocada-. Y la gorra, de los yanquis.



El caso es que te dicen guiri, por ser turista extranjero, que nos recuerda la RAE. Claro que yo sé quién eres, si desembocas en nuestras playas con -al menos hasta la fecha- fuerte capacidad de gasto. No es por ser materialistas pero te debemos, cambio de divisas mediante, muchos negocios y bastantes puestos de trabajo.
Lo que me llama la atención es que aunque algo peyorativo, este término que te apoda, que podría ser entendido como relativamente moderno, tiene al menos tantos años como las guerras carlistas. Guiri era...

...el nombre con que, durante las guerras civiles del siglo XIX, designaban los carlistas a los partidarios de la reina Cristina, y después a todos los liberales, y en especial a los soldados del gobierno (DRAE).
¿Curioso, no?
Oh, guiri, mi guiri. Pueden llamarte "extraño", "de fuera", veo además que en su última acepción y aunque en desuso, también se denomina guiri al miembro de la Guardia Civil. En sentido coloquial, todo sea por la patria. Luego no solamente eres extraño en el sentido tropológico sino también en un carácter simbólico como el opuesto, ¡habrán llamado guiri durante siglos al enemigo!
Injusta lengua, viperina española. Nada más lejos. Que qué es guiri... ¡Guiri eres tú! Amigo mío, quiero ver con tus ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial el blog en general!me encantan ests iniciativas!!!muaakkk
alejandra

Jose F. Mancebo dijo...

Muchas gracias, espero que te pases a menudo...

 
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