viernes, 29 de mayo de 2009

El cliente único

Con la apertura definitiva del mercado chino, industrias denominadas tradicionales de nuestro país sufrieron grandes trasformaciones que, con las nuevas reglas, se tradujeron en muchos casos la deslocalización y el cambio en la gestión de clientes, marcas y, desde luego, proveedores. Me refiero por ejemplo al caso paradigmático del calzado en la provincia de Alicante, que ha sufrido -y sufre- durante la última década un cambio integral en su modelo de negocio. Un obligado giro a la diversificación.
La gran empresa de calzado, como una enorme loba capitolina, abrigaba bajo su regazo a un número mayor de empresas de la llamada "industria auxiliar", esto es, componentes del calzado (hilo, suelas de caucho u otro material, pieles, etc.). Muchas de estas empresas periféricas, muy representantivas en número aunque no tanto en facturación como la empresa nodriza, sucumbieron de forma aplastante por su dependencia absoluta de uno o dos clientes que controlaban entre el 50 y el 75% de su facturación. Ya lo decía Porter cuando relacionaba la pérdida de competitividad con el poder de negociación de los clientes y proveedores. El cliente único, el monopolio de la demanda, es algo que como ocurre en el sentido contrario, se penaliza en este entorno dinámico, líquido, multilateral, que no permite fórmulas rígidas o exclusividades.
Otro ejemplo claro lo estamos sufriendo estos días en el turismo cuando se observa la caída del gasto turístico en la Comunidad Valenciana en los primeros meses del año debido a la gran dependencia del mercado británico. En Baleares, de otro lado, este indicador remonta gracias a que Alemania está quizá en el ojo del huracán. La asociaciones cliente-marca tales "Británico= Costa Blanca- Benidorm"; "Alemán= Baleares" son sinónimo de gran dependencia del cliente y por tanto, hoy día, de pérdida de competitividad por el poder negociador de nuestro cliente (el turoperador británico, por ejemplo).
De otro lado, es preciso resaltar que los casos del mercado turístico y de los componentes no son comparables en todos los aspectos, dado que por ejemplo el turismo sí posee marca propia y reconocida y además se ha sabido adaptar a muchos tipos de cliente durante muchos años. No obstante, el peligro pasa por el fin de la denominada gallina de los huevos de oro. Hoy en día, como le ocurriera a esa empresa auxiliar de calzado, no podemos optar por más concentración que la permita el entorno y como alternativa nos queda precisamente la diversificación de mercados (productos, clientes). No digo tanto abrir nuevos nichos como conocer e invertir en los potenciales, asumiendo los riesgos. Todo esto a la vez que se cuida los propios, los clientes (in)fieles.
¿Alguien da más?

domingo, 17 de mayo de 2009

Por las siglas de las siglas

Seguimos en la clave del último post, colgado hace ya más de un mes, ejem... En clave de innovación que como otras claves, como la de Sol en música, es una referencia a partir de la cual leer la situación y actuar en consecuencia en los próximos tiempos. Es decir, un medio (solfeo), para conseguir uno o varios fines (musicales, claro, o quizá culturales, económicos, sociales, políticos). Hablemos un poquito más de innovación aplicada a la empresa/organización, empezando con un ejemplo que muchos recordaréis.
Me refiero a la campaña publicitaria de Volkswagen Golf, aquella en la que aparecía un sinfín de siglas en la pantalla que hacían referencia a las distintas innovaciones aplicadas al producto a lo largo de su historia, en una revisión cronológica: 1989, 2002; ABS, EPS... El anuncio terminaba borrándolas todas e incluyendo en el contexto actual las siglas "ETC" como cierre.
Brillante, por varios motivos: habla al cliente de tú a tú, diciendo abiertamente que todas las innovaciones técnicas son innumerables, pero es que además, si lo fueran, no importarían. Lo importante es que después del último modelo, de la última aplicación, la idea fundamental es continuar, por muchos años, añadiendo dinámicamente "siglas" que hagan al producto más fiable, seguro, cómodo, eficiente. Es decir: "más etcétera", "más innovador".
En la organización en general y, en la empresa en particular, se viene produciendo un fenómeno parecido: gracias a la doctrina innovadora se está hablando con especial fe de los numerosos sistemas de gestión y comunicación empresarial, con especial acento en el determinismo tecnológico. Hablo de herramientas como los CRMs o los ERPs. Siendo dos herramientas de gestión entiendo que muy importantes para la empresa, creo que el arraigo y el éxito del uso dependen en gran medida de llevar a cabo la adopción del esta filosofía como doctrina horizontal, como concluye VW-Golf, por ejemplo. Leer el pentagrama en clave de ETC, de cambio y adaptación al mismo.
 
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