Navidades

Las Navidades son la época en que los niños le dicen lo que quieren a Santa Claus y los adultos lo pagan. Las crisis, sin embargo, son las épocas en que los adultos le dicen al Gobierno lo que quieren y los niños lo pagan.

[Ricchard Lamm, político estadounidense]

Felices fiestas.

Síntesis

Siempre me ha gustado la dialéctica como ejercicio mental saludable, con los demás y con uno mismo. Es la base de la negociación y del avance como partida de las ideas en común. En filosofía de la historia, gracias a un tal Hegel, se introdujo un método llamado precisamente el "idealismo histórico", mediante el cual se podía explicar como a toda tesis sea cuál fuere la época le ha sucedido una antítesis. Hegel decía que lo interesante era que como resultado del encuentro de ambas acabaría produciéndose una síntesis de las dos ideas. Esa síntesis sería a su vez una nueva tesis, que tarde o temprano será respondida por una antítesis y así sucesivamente a lo largo de los años.
En el s. XVIII está teoría se podía ilustrar con el siguiente ejemplo:
- Tesis: Despotismo ilustrado (Monarquía absolutista).
- Antítesis: Revolución Francesa.
- Síntesis: Napoleón, reforma napoleónica.
Con más o menos acierto (personalmente me resulta más "simpática" la explicación de la historia de Marx, antítesis a su vez de la de Hegel), ya digo que me resulta interesante como ejercicio de "brain training" para tratar de ver lo que está pasando, incluso hoy día.
El otro día leí una opinión muy interesante a colación de la última película de Eastwood (El intercambio), que ya he tenido la oportunidad de disfrutar, y no puedo más que estar de acuerdo en cómo este grande del cine de todos los tiempos navega a contra corriente en medio de las tendencias del cine de Hollywood, siendo capaz de hacer auténticos audiovisuales con un sello de autor exquisito, una gran síntesis desde todos los puntos de vista: recaudación y calidad del producto.
¿Y a dónde nos lleva todo esto, en este denominado blog a cerca de "comunicación, economía, tendencias y turismo..."? Reflexionando me doy cuenta de que el discurso de la innovación es el dominante este año en el mundo de nuestra empresa (tesis). En medio de esta reivindicación de "lo nuevo", en muchos aspectos, se produce una lógica reivindicación de lo tradicional como lo propio e identitario, especialmente importante en turismo (antítesis). Me da que pensar que en la fusión de los dos, innovación y tradición, hallaremos un cóctel (síntesis) muy interesante para el futuro de las empresas que lo pongan en marcha.

Turismo Industrial

Cuelgo a continuación la ponencia realizada durante el I Foro de Turismo de Interior (Novelda, 1 de diciembre de 2008)

Título: Oportunidades para reconvertir un “destino” industrial en turístico.
Autor: Jose F. Mancebo Aracil.

Turismo Industrial

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Vacunas para Facebook

Vuelvo con el libro de caras, que últimamente me hace mucha gracia.

Hace unas semanas, cuando intentaba dar a conocer un grupo a través de mi Facebook, el sistema me señaló con el dedo y me acusó de estar haciendo spam, avisándome incluso de que de seguir así, me daría la patada y me sacaría de este club donde no querrían como socio a un tipo como yo. Paré y el aviso paró. Ya no soy persona non grata para Facebook.

El otro día leo que un virus informático se propaga a través de un mensaje en Facebook, cuando un gusano se hace pasar por un plug-in de Flash. Ahí es nada. Quién fuera gusano. O plug-in. O Flash. En verdad es difícil esto de los tecnicismos técnicos y tecnológicos.

A mí me llaman spam por no pagar mis mensajes masivos y un virus intenta colarse ante la aglomeración de posibles clientes, y como la protección cuesta y preocupa, entonces llego a una reflexión. Posiblemente resulte estúpido, pero... ¿habremos de pagar algún día en Facebook -o en cualquier red social- para ser protegidos de los virus o de nosotros mismos? El nicho de mercado está ahí.

Perfiles arriesgados

Hace unos años, cuando me enfrentaba a mis primeras consultas a cerca de comercio exterior, pronto me di cuenta de que uno de los principales negocios fraudulentos pasaba por la supuesta búsqueda de inversores para una zona a desarrollar, como el caso de muchos países de África, estafas a menudo denunciadas por las propias embajadas extranjeras en estos países. El gancho fundamental del chollo-negocio estaría en que ese supuesto captador de recursos sería amigo o familia del jefe de Estado (monarca, presidente... ¡sultán!) y gracias a ese parentesco, obtendría información y posición provilegiada para implantar un negocio, digamos que de capital español. Con la aparición del correo electrónico, estos timos se multiplicaron, en cantidad y sofisticación, utilizando incluso el nombre y los canales de organismos intermediarios reconocibles por el posible "primo" (oficinas comerciales, cámaras de comercio) con el objeto además de "oficializar" el reclamo. Últimamente, no hace más que llegarme ofertas de trabajo o colaboración freelaance absolutamente inverosímiles, buscando supuestos partenariados o contratos para staff muy bien pagados y anunciadamente reconocidos. Vamos, todo lo que la realidad laboral nos haría pensar yendo por ejemplo a cualquier oficina del INEM.

Los tiempos cambian y con ellos los medios, aunque la picardía no tanto. Hace unos meses saltó la noticia del ingeniero informático marroquí que compareció ante un tribunal acusado de activar una cuenta en Facebook bajo el nombre del hermano del rey Mohammed VI. Supuestamente no fue cuestión de negocios sino que lo hizo sólo por amor, concretamente amor a ligar más. El informático alegó que no tenía nada en contra de la familia real, sólo quería ser más popular y que además "miles de personas han creado cuentas en Facebook y en otras redes sociales bajo los nombres de personas a las cuales admiran."

Moraleja para el de los donettes:

Es difícil diferenciar la verdad de la mentira y en Internet, más todavía.

El océano azul

W. Chan Kim y Renée Mauborgne son los culpables de este término que con su best-seller poco a poco se ha ido poniendo en boga por su simplicidad y elocuencia: la estrategia del océano azul es "la necesidad de dejar a un lado la competencia destructiva entre las empresas si se quiere ser un ganador en el futuro, ampliando los horizontes del mercado y generando valor a través de la innovación." La obra adquiere desde mi punto de vista una especial relevancia hoy día (aunque fue publicada en 2005) en nuestro país, cuando llega el momento de hablar de innovación sí o sí.

Más información en http://www.blueoceanstrategy.com/

Turismificar la industria

Desde hace ya unos años se viene gestando un cambio de modelo económico en nuestro país, un viraje paulatino e ineludible hacia la supremacía del sector servicios respecto a otros sectores de actividad. La tendencia, que tiene sus explicaciones en factores como la deslocalización de las empresas (debido a la pérdida de competitividad) es el precio de las economías avanzadas y está cambiando drásticamente el panorama de nuestras empresas: producir cada vez es más caro y menos rentable. "Vender es lo importante". Y la venta es un servicio, una actividad que surge por un producto o por sí misma (consultoría, intermediación).

Quiero decir con esto que muchos sectores, conscientes de que el turismo, como actividad horizontal, abandera y posiciona nuestro sector servicios perfectamente, viran poco a poco hacia estos planteamientos. Lo hemos visto con la construcción durante muchos años, que hoy de nuevo retoma este paradigma. De otro lado la industria, hasta ahora con pura vocación productiva, lucha también por hacerse un hueco como símbolo cultural o turístico de una zona, y comercializarse en alianzas con las distintas administraciones y asociaciones locales, provinciales, autonómicas. Así es como se gesta lo que se conoce como turismo industrial: "la fábrica con vocación exhibitiva" (entiéndase, con ánimo de ser visitada).

Y aunque esta es una práctica que lleva décadas realizándose, existe distintos grados de implicación de la empresa a tenor de cuán estratégico sea este planteamiento para su negocio, para su misión actual y visión futura. No es lo mismo prever una visita de colegios los viernes por la tarde que comecializarse a través de ciertos canales turísticos. Cuánto más integral sea la iniciativa (como las estrategias de destino "made-in" o las "jornadas de puertas abiertas"), más rico es el turismo industrial del que hablamos. La consonancia público-privada es, de nuevo, sustancial a estos efectos.

Es interesante comprobar como la tendencia se agudiza a medida que se habla de crisis y reconversión, de innovación al fin y al cabo. Innovar, lo decía hace unas horas en el I Foro de Turismo de Interior de Novelda, no es necesariamente "crear desde cero" sino también adaptar, traducir, "recrear", en sus dos acepciones: es volver a crear y es divertir con lo creado (aquí el marketing experiencial/emocional tiene mucho que decir). Innovar es hibridar, utilizar canales que nunca se habían pensado para un modelo, canales hasta ahora "diseñados" para otros sectores de la actividad que nos resultaban distantes. La cuestión central es que el sector servicios y su bandera, el turismo, ya no puede resultarnos distante, vengamos de donde vengamos, de las aceitunas, del turrón, del calzado o el mármol. Y no es deformación profesional, es el análisis de una tendencia. Es la prueba del viraje y como localidades como Novelda buscan oportunidades de innovación en tiempos revueltos, trabajando el turismo como sector económico clave tras la fulminante caída del mármol. Innovación que además puede ayudar a trasformar los "destinos industriales". El caso de Elche, por poner un ejemplo cercano, también es paradigmático: su viraje de forma central y estratégica hacia el sector de turismo de congresos llegaba "casualmente" también tras la cúspide de la crisis del calzado.

Y a decir por este análisis, todos son indicadores más de que este país, poco a poco, se posiciona como país de servicios. ¿El fin de la producción nacional? No, señora, sólo el cambio central de enfoque.