jueves, 22 de julio de 2010

Penélope y Ryanair

Nadie duda del poder de influencia del tráfico aeroportuario en el turismo de una determinada zona. El avión es, sin duda, el medio de transporte del Siglo XX, y gracias a la revolución de las Compañías de Bajo Coste (CBC), estamos viviendo una auténtica democratización de su uso en la última década. Precisamente por ser conscientes de esta situación, las CBC tienen un gran poder de negociación con aeropuertos y por supuesto con todas las entidades que se dedican a la promoción del turismo en su área de influencia.

A la hora de planificar una estrategia de promoción de destino, es imprescindible analizar las conexiones aéreas (actuales y potenciales). Los recursos deben ir destinados a promociones efectivas, basadas en relaciones entre dos destinos que ya funcionan desde hace tiempo o que podrían funcionar. Intermediar en promoción es equiparable a hacer de Cupido o Celestina: se trata de avivar la llama entre dos seres que se quieren por lo que se gustan y se ofrecen entre sí. Perdonadme esta cursilería, se debe quizá a un desajuste hormonal simpatizante. No obstante, sigo extremando el símil para tratar de hacer más humanas estas cuestiones.

En ese juego entre la compañía aérea y el ente promotor receptivo hay, dependiendo el caso y como en la vida misma, auténticos flechazos, relaciones consistentes (las clásicas, basadas en el respeto y la confianza) y polvos de una noche, con perdón. Y en las que no son de amor verdadero quiero detenerme. Damas institucionales que aguardáis a vuestro príncipe azul, sabéis que la CBC se parece más a un marinero que a un príncipe, ya que tiene un amor en cada (aero)puerto. La CBC tiene una mentalidad ciertamente liberal en este sentido, promiscua en ocasiones si me permitís. Hoy está contigo, pero mañana, ay mañana. Por eso, si ha dejado huella en tu ser, es decir, si CBC y ente promotor (Gobieno autonómico, provincial, local, Cámaras, etc.) se han relajado y la Compañía ha fecundado con su dominante carácter, el destino turístico puede sufrir por abandono, incomprensión o un ataque de cuernos. Sé que este planteamiento es pueril, tal vez algo machista y generalizador, pero viene a ilustrar lo que ciertas compañías parecen estar haciendo con destinos turísticos españoles (una vez más, recuerdo, ya que lamentablemente tenemos mucha experiencia en este sentido). Sin ánimo de defender a ultranza la lógica de la Administración, tengo la impresión de que en ocasiones ciertas CBC recurren directamente al chantaje chulesco, como si fueran aquel Danny Zuco aún por reformar: "Nena, o me mantienes con mis condiciones, o ahí te quedas con tu hijo que yo me voy a vivir la vida". Y esto, además de no tener nada de "co-marketing" y ser una política subvencionista muy arriesgada, nos tiene que servir de experiencia a todos.

PD.- He estado a punto de darle un enfoque "fifty-fifty" al asunto, sin nombres, pero hacer "ojos sordos" no termina de ser mi estilo. Esta vez, hay que apoyar a la Penélope homérica y la de Serrat, porque todos somos la que aguarda paciente en su casa (destino) y que sólo quiere un amor duradero, sincero, correspondido y merecido con su cliente. No quiero comprometerme con el picaflor de Ulises, si a caso nos vemos de vez en cuando y mantenemos contacto. Por supuesto, existen compañías o personas de las mismas (no dudo que las habrá en el caso de Ryanair) que buscan sinergias, tienen gran sensibilidad por el destino y no recurren a la prensa como forma de presión para hacer daño político o conseguir objetivos unilaterales.

Esos marineros, Penélope, también los quiero yo.

1 comentario:

Lorena dijo...

Excelente reflexión, Jose.
¿Será que en los negocios, como en el amor y en la guerra, todo vale...?

 
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