Barcelona ha anunciado un nuevo "plan estratégico" para debatir a cerca de la planificación y desarrollo turístico en el medio plazo (2010-2015). Tras casi dos décadas de crecimiento económico en el sector, la ciudad condal se plantea su propio modelo, cuya cabeza visible hemos podido ver en las directrices tomadas por el consorcio "Turisme de Barcelona".
Dejando de lado la mayor o menor utilidad pragmática que tendrá este plan, de carácter prospectivo (o vaticinador al menos), la mera declaración de intenciones de hacerlo, insistiendo además en la importancia de la participación ciudadana, es un claro indicador de inquietud: o las cosas no van del todo bien o podrían ir mucho mejor. O mucho peor, que dirían los optimistas.
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