viernes, 10 de octubre de 2008

Eventos [re]inventados

Vamos a cambiar un poco de tercio. Al menos este post.
La gestión de los grandes eventos en una ciudad es una de las herramientas más importantes para diseñar una estrategia para el turismo de una zona. Además de "atraer" grandes eventos (como los grandes acontecimientos deportivos que todos conocemos), las localidades pueden tratar de diseñar el producto en función de la oferta disponible y deseada. Es decir, la "invención" de un evento nos permite tener total control sobre el producto diseñado y si está bien creado y planificado, incluso sobre el turista que esperamos atraer.
Como norma, eso sí, el proceso debe orientarse al contrario: en función del cliente que deseo atraer, creo un determinado producto basado en mi potencial como destino. Desde mi punto de vista, la creatividad, exenta de toda objetividad, debe ser objetivable.
¿Y cómo crear un producto turístico? Pues como ocurre con cualquier proceso creativo, es difícil pensar en términos de tabula rasa, ya que lo que llamamos invención es la mayoría de veces una "reinvención" como diría Moliné, un collage y una adaptación al uso. La mezcla entre tradición y análisis de tendencias suele dar buenos resultados: eventos "legitimados" en las fiestas populares tradicionales (autóctonas en origen o no) adaptados y comercializados a los gustos y clientes de hoy, por ejemplo. Es decir, que no hace falta ir mucho más allá, aunque hay excepciones realmente increíbles como el pueblo en el que nunca pasa nada, del que hablaré un poquito más adelante.
Estas iniciativas nos deben servir de referente para no caer en el tópico de decir que "todo está inventado". Quizá sí, pero reinventado no.

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