miércoles, 26 de noviembre de 2008

Nuevas formas de vender

Hace ya unos meses me llegó por el canal de un amigo de un amigo, una iniciativa de esas que los de marketing llamamos viral, que no bacteriana. Era una iniciativa a caballo entre el modelo Las Vegas (un concepto inventado desde cero, desde un desierto nunca mejor dicho) y una campaña de turismo 2.0, salvando todo convencionalismo. Y eso que Miravete de la Sierra, más conocido como el pueblo en que nunca pasa nada exporta tradición hasta con el ordeño de cabras que realizan sus doce habitantes. Esta campaña para la promoción del turismo rural en Teruel suena también a golpe creativo de agencia con talento para ganar concursos. La agencia que llevó el proyecto, el Grupo Shackleton, es responsable también de otro exponente reciente del pensamiento lateral, con la innovación como excusa para vender artesanía las pasadas navidades con su iJam 5Js (venta de jamones).
Logo del tecnológico iJam

Se va comprobando sin embargo que la efectividad de este tipo de iniciativas, conforme se van sucediendo, se va reduciendo por la lógica saturación del medio y porque después de ver El Sexto Sentido muchas películas nos resultan parecidas. El caso es que es interesante que cada vez más empresas y sectores apuesten por la total innovación a la hora de vender sus productos y servicios. Ya hace mucho tiempo que empresas de turismo invierten en el posicionamiento de su marca a través de los canales virtuales y relacionales que permite Internet. Las campañas de viral + 2.0, como vimos en el "I love Benidorm" de Grupo Skala es otro ejemplo reciente. Me llama la atención la llegada hace unos días de un sector a esta corriente, al menos respecto a lo que conocía. Un sector que hasta hace poco vendía a expuertas y ahora se encuentra en una situación de parada técnica. Pongamos que hablo del ladrillo, como muchos ya imagináis.
Me refiero en concreto a la iniciativa del Movimiento Tomasero, de Imaginarte para una empresa del sector con ganas de hacer ruido. En medio de tanta crisis gris, se agradece al menos un golpe de color (popero), de optimismo, de salida de los convencionalismos, de llevar un mensaje más allá del "bajamos los precios porque no queda otro remedio". Además, el cliente -real o potencial- puede divertirse navegando, participando, descargando, tomando protagonismo y olvidando un poco el juego habitual comprador-caseta-vendedor. Seguiremos de cerca esta propuesta, visible también a través de Facebook.

Pantallazo de la web de Mi casa se llama tomasa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy aboslutamente de acuerdo con tu plantemiento. Si bien los productos no dejan de ser los mismos, con las mismas características, lo cierto es que la coyuntura del mercado provoca que se reinventen los formatos.Que los distintos sectores adapten y fusionen fórmulas de venta con las que hasta el momento no se identificaban o que ni siquiera se habían planteado.

Al fin y al cabo, hoy el cliente tiene el poder. Atiendelo,ínformalo (sin mentir ni ocultar), ofrecele calidad, hazle reir, proponle alternativas,dirígete a él en su idioma, por su nombre y en los canales correctos...
Adaptando el ya conocido eslogan de Renault,y hoy más que nunca "O te mueves o has muerto".

Jose F. Mancebo dijo...

Estimado "Anónimo":

Muchas gracias por tus aportaciones. La "identificación" de la que hablas con las nuevas formas, como con las nuevas tecnologías, es sólo la adaptación al cambio. Como bien dices esto no es una elección de alternativas: o te adaptas, o te adaptan.
En muchos casos es también una cuestión generacional: mi madre nunca programó un VHS y mi hijo no lo utilizará, salvo de forma anecdótica o fetichista (como me ocurriera a mí con los vinilos). Lo importante es ser consciente de ese cambio, porque cuanto más consciente se es del cambio, más gestionable se hace y la crisis, en vez de algo "abrupto" es contemplado como un proceso.

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.