lunes, 29 de septiembre de 2008

Puertas en vez de ventanas

Cuando a una empresa le hablan del ingrediente psicológico de la crisis (a saber, cuestión de percepción y variantes) no puede sino carcajear primero y sollozar después. Que le hablen de psicología a un director empapado de regulaciones de empleo... Pues eso digo yo, que le hablen.
En un sistema tan especulativo, la crisis es real en la medida en que lo parece, así de sencillo. Pero no caigamos en el tópico de llamarla crisis precisamente por lo repentino. Se veía venir, a mi opinión y la de muchos. La pregunta es ¿teníamos las gafas graduadas?
El otro día escuché una cuña de una importante fundación para la formación de Alicante, tratando de captar alumnos que deseen escapar de la crisis. "Usted padece de crisis", le decía el "doctor" al potencial alumno. Véanse la ansiedad como un síntoma, la crisis como una enfermedad y la formación como un remedio. Si dejamos por un momento de lado el ánimo de lucro del mensaje, la moraleja está bien clara y lo que es mejor, resulta esperanzadora: Permitir que nos enseñen puede hacer que comprobemos una salida en nuestra propia puerta en vez de en la ventana de un rascacielos.
Sé que no es fácil digerir esto en la vorágine, cuando los bancos ya no dan más cuerda en un sistema tan ficticio como el nuestro y los sermones no dejan de caer en el espinoso reproche de lo que debí haber hecho y no hice. Pero es que la vorágine también nos superaba cuando las vacas eran más gordas.
Hora de cantar el vale, a lo mejor me lo merezco. Y pasado el canto, mirando a la puerta y no a la ventana, reflexionemos a cerca del verdadero objeto de la formación: dejar que a uno le enseñen precisamente a aprender. Así de sencillo y, así de complicado.

2 comentarios:

David Giner dijo...

...y, sinceramente, crees que aprendemos?...yo es que creo que sabemos hacer que aprendemos, pero luego demostramos que no, que desaprendemos a la velocidad de la luz...a la crisis actual me remito y a la falta de protagonismo que la formación tiene en el grueso de nuestra economía...

Saludos

Jose F. Mancebo dijo...

Primero de todo gracias por tu comentario, David.

Respecto a lo que comentas, quiero pensar que sí aprendemos... 'Desaprender' debe formar parte también del proceso (¿quién dijo que el saber no ocupa lugar?). Otra cosa es lo que tú dices, el espejismo de aprender, el desinterés en el fondo, la desidia o la inercia. Contra esto también hay remedio, espero. Y si no, siempre nos quedan las ventanas ¿no?

 
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